24 julio 2012

Los mariachis, el alma de México

Las fajitas, Cantinflas, el Caribe, Frida Kahlo o los aztecas son algunos de los elementos mexicanos más internacionales. Pero si tuviéramos que escoger qué es lo que los extranjeros asociamos más rápidamente con México, los ganadores serían los mariachis. De hecho, a mí me costaría reconocer a este país sin su existencia, igual que no concebiría París sin la torre Eiffel, Italia sin la pizza o Argentina sin la Pampa.

En España rara vez he visto mariachis por la calle, aunque me consta que en algunas bodas se los contrata para que canten algunas canciones. En todo caso, no deja de ser anecdótico. Sin embargo, en otros países sudamericanos –básicamente en Bolivia, el Perú y Colombia- me sorprendió ver gran cantidad de bandas mariachis que al igual que las farmacias de guardia ofrecían sus servicios 24 horas al día. ¿Es que alguien puede tener una emergencia a las tres de la madrugada? Tal vez sean un buen recurso para impedir que te deje tu pareja en medio de una grave crisis. Quién sabe.

El origen de los mariachis
Los mariachis, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, son conjuntos musicales originarios de la región occidental de México que acostumbran a actuar en fiestas señaladas, aunque como bien muestran las películas también son un buen acompañamiento para una pedida de mano o cena romántica.

Con la llegada de los primeros conquistadores españoles se introdujo en lo que actualmente conocemos como México la cultura hispana, la religión cristiana y la música litúrgica correspondiente. La mezcla de las melodías religiosas que se escuchaban en las iglesias de la península ibérica y la unión con la música nativa mexicana dieron paso al mestizaje musical.

Algunos historiadores aseguran que uno de los pioneros en enseñar a los nativos la doctrina cristiana usando música española fue Fray Juan de Padilla. Con el paso de los años, a este estilo musical se fueron añadiendo instrumentos, tales como un rústico violín, el guitarrón o la vihuela, y más tarde las trompetas. Y a la vez que se enriquecía musicalmente la música popular empezó a expandirse por todo el territorio mexicano.

La génesis de la palabra mariachi
Buscando un poco por la red he constatado que como en muchos otros casos no existe una única versión que explique el nacimiento de esta palabra. Uno de los posibles orígenes es el que asegura que durante la invasión francesa (1862), al llegar los soldados franceses a un poblado de Jalisco y observar a unos mariachi en acción alguien pregunto qué era aquello, a lo que otro respondió: “Un mariage” (una boda).

Otras personas defienden que el vocablo mariachi deriva de un canto aborigen a la Virgen María en que se mezclaba el náhuatl, el español y el latín, y que empezaba diciendo “Maria ce son” (te amo María).

También hay quien apunta que la palabra es de origen coca (lengua prehispanica que se hablaba en Cocula, Jalisco), y que significa ‘músico’, y otros que significa ‘fiesta’ en la lengua Otomí.

Información sobre los mariachis
Los grupos de mariachis están conformamos generalmente por unos doce miembros, aunque hay bandas con más componentes, y los instrumentos indispensables que deben sonar son la vihuela, la guitarra, el guitarrón, los violines y las trompetas. Ocasionalmente se les añade la flauta y el arpa, y fuera de México el acordeón.

La colorida vestimenta tiene sus orígenes en los atuendos cotidianos que llevaban los campesinos de los estados occidentales de Nayarit, Colima y Jalisco, cuna de esta tradición. Actualmente, la mayoría visten traje del Charro de color negro o blanco y adornado, y el gran sombrero que portan se ha convertido en uno de los mayores símbolos de México y paradójicamente unos de los suvenires más vendidos en las Ramblas de Barcelona.

Seguramente las dos piezas más conocidas en el mundo son ‘Cielito lindo’, de Elpidio Ramírez, y ‘">El Rey’, de José Alfredo Jiménez. También se han internacionalizado mucho ‘Ay Jalisco no te rajes’, de Manuel Esperón, y ‘Volver, volver’, de Fernando Z. Maldonado.

Fue a partir de la década de 1930 cuando se empezaron a incluir en el repertorio de los mariachis rancheras, corridos, huapangos, valses y boleros, que modificaron hasta crear el bolero ranchero. En ocasiones también ofrecen baladas y cumbias, aunque no pertenecen a esta tradición musical.

El Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería tiene lugar cada año en la ciudad de Guadalajara (México), y participan no sólo bandas mexicanas sino también de otros países europeos, americanos y asiáticos.

Algunas curiosidades mariachiles
A pesar de que la mayoría lo desconozca, también existen mariachis femeninas, que aparecieron hace medio siglo en Ciudad de México.

El epicentro actual de mariachis es la Plaza de Garibaldi -en el DF-, donde se juntan decenas de grupos que tocan canciones a cambio de dinero.

La Unesco inscribió al mariachi dentro de la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2011.

El Mariachi también es el nombre de la película que lanzó a la fama en 1992 al director Robert Rodríguez. Apenas costó 7.000 $ y recaudó más de 10 millones de dólares sólo en Estados Unidos.


Mariachis en Barcelona

14 julio 2012

¡Larga vida a la Vargas!

Me dirigía esta mañana al trabajo cuando me he enterado que Chavela Vargas estaba hospitalizada. Así que tan pronto como he podido, he consultado en internet qué había pasado.

Se ve que han ingresado a la cantante mexicana en un hospital de Madrid a raíz de una taquicardia, y aunque ya tiene sus años (93 para ser exactos), según los médicos que la atienden en el hospital La Princesa de Madrid -un nombre más que adecuado- se encuentra perfectamente. Sin embargo, deberá permanecer algunas horas más en observación.

Por lo visto todo ha quedado en un susto, y aunque sea un poco cenizo confesarlo, diré que la noticia me ha hecho recordar algunas de sus canciones, y al llegar a casa las he rescatado de mi baúl de la memoria. El resultado ha sido un monográfico suyo que he escuchado en spotify.

De la Vargas siempre me ha gustado su libertad. Ha vestido, actuado y cantado lo que le ha venido en gana. Nunca ha estado sujeta a clichés ni se ha visto influenciada por las críticas que le hayan podido hacer, y para colmo es amiga de otro grande al que admiro y respeto profundamente, Joaquín Sabina, con quien ha grabado alguna canción para enmarcar, como por ejemplo 'Noche de bodas'. Admiro también a Chavela por su fuerza, su tenacidad y ganas de trabajar. Hace tiempo que podría vivir de rentas, sin embargo, aunque ya se ha retirado en varias ocasiones, este mismo año aún ha reunido fuerzas para publicar un nuevo disco, ‘Luna grande’, un homenaje a Lorca. Y el mismo martes se subía a un escenario para cantar al poeta granadino.

De entre sus canciones, tengo especial predilección por su versión de ‘Piensa en mí’ y ‘Amanecí en tus brazos’, que me transporta automáticamente a México.

Es ya muy tarde y se me cierran los ojos. Antes de acostarme, aquí dejo un par de enlaces de ambas canciones.

Larga vida a Chavela.

Piensa en mí.


Amanecí en tus brazos.

Foto: EFE


10 julio 2012

Ricardo Triviño, un conductor de rallyes particular

Es curiosa la trayectoria del piloto mexicano Ricardo Triviño. Su padre no competía con coches, sino que fue jugador de futbol profesional en México. Lo más normal hubiera sido que Ricardo destacara con el balón en los pies, y no detrás de un volante. Además, Ricardo estudió Derecho, lo que le hace un espécimen aún más raro entre los pilotos que pueblan los boxes en cualquier rally al uso.

Empezó sus andaduras automovilísticas en 1995, corriendo el Rally de Acapulco, y sólo tres años más tarde finaliza quinto en el campeonato Mexicano de Rally. En el año 2000 queda tercero en el mismo campeonato, y un año más tarde gana el certamen. Carrera tras carrera, Triviño se va haciendo un hueco en el mundo del motor, y elige el Rally de España en 2003 para dar el salto en el extranjero. Lo vence sin problemas. En el 2005 se adjudica el Rally de Cantabira (España) y en el 2008 se convierte en el primer mexicano en conseguir puntos en el WRC. Los dos años siguientes gana el Campeonato de México y en el 2011 la Carrera Panamericana.

Actualmente Triviño se encuentra entre dos aguas, las del PWRC –donde tiene asegurada una plaza para el año que viene- y el WRC, su meta a corto plazo y donde ya ha participado en 29 rallyes conduciendo un 206 WRC.

Triviño, con quien tuve la ocasión de hablar vía skype hace pocos días, me confesó que concibe el deporte del motor como “un arte”, tal y como pudiera haber dicho José Tomás del toreo. A pesar de tener 38 años, me sorprende que mantenga la “necesidad” y “voluntad” de mejorar constantemente para poder llegar a ser “el mejor del mundo”. Esta actitud, que inexorablemente se pierde con los años y que muy pocos deportistas logran mantener (me vienen a la cabeza Michael Schumacher o Roger Federer, por ejemplo), es lo que distingue a los grandes.

Le pregunté si esperaba que sus éxitos ayudaran a que en su México natal creciera la pasión por los rallyes, a lo que contestó que sería uno de sus mejores legados. Y es que es una lástima que en México, un país hermoso donde hay mil enclaves ideales para celebrar un rally de ensueño (Triviño se decanta por correr en Oaxaca o Chiapas), aún no se respire a gasolina como en otros lugares.