01 noviembre 2011

Una visita al país invisible: Paraguay

Aunque no lo teníamos pensado, el destino nos llevó a poner los pies en uno de los países más desconocidos de Sudamérica, con permiso de las Guayanas y Surinam. Paraguay es un país un poco más pequeño que España encajado entre dos gigantes: Brasil y Argentina, aunque también hace frontera al oeste con Bolivia.

Llegamos a su capital, Asunción, cuando ya era negra noche. El trayecto desde la frontera brasileña nos había encantado: infinitos campos verdes salpicados por pequeños pueblos austeros pero limpios. Además, sólo viajamos cuatro pasajeros en un autobús de 50 plazas: un paraguayo, un turista japonés y nosotros dos, lo que os permitió ponernos a nuestras anchas. Aunque el paisaje rural fue muy sugerente, la capital se convirtió en la otra cara de la moneda. Nos alojamos en una pensión del centro que tenía gatitos de porcelana y calendarios gigantes de talleres mecánicos como decoración. Volver a hablar en español fue un alivio y facilitó mucho las cosas, pero me sorprendió la gran cantidad de personas que hablan guaraní, lengua cooficial del país. La primera noche, exhaustos, nos dio tiempo sólo de salir a cenar ceviche a un restaurante cercano y a dar un paseo por las principales plazas de Asunción, llenas de gente sin casa que duerme en tiendas de campaña o a la intemperie. Y la mañana siguiente pudimos constatar bajo la luz del día que esta capital no conserva apenas edificios interesantes ni avenidas agradables. Los contrastes sociales en Asunción son muy acentuados. Coches deportivos se mezclan con niños descalzos, y delante mismo del palacio presidencial se levanta un campamento de gente sin techo.

Estuvimos todo el día paseando, dándole una oportunidad a una ciudad que los domingos de vacía completamente, pero a media tarde ya habíamos visto todo, así que nos metimos en un cine para ver una película paraguaya infumable y pagada por España: 18 cigarrillos y medio. Esa misma noche cogimos un autobús que nos conduciría al extremo sur del país: Encarnación.

En la tercera ciudad de Paraguay nos alojamos en el Hotel Germano, un sito muy apacible y con un personal encantador. Desayunamos fuerte y fuimos a visitar lo mejor que tiene esta región: las ruinas jesuíticas. Conocimos el poblado de Jesús y Trinidad, que en el siglo XVII fueron pobladas por los misioneros españoles que se acercaron a este fin del mundo para propagar la palabra de Dios, aunque respetando tradiciones e idiomas locales. No había turistas, así que las pudimos visitar prácticamente solos. Aunque en Argentina y Brasil también hay restos de poblados misioneros parecidos, las de Paraguay son las que están mejor conservadas y las que menos turistas reciben. Paseamos por las antiguas escuelas donde los jesuitas hacían de profesores; por las iglesias donde difundían la religión católica y por los huertos donde hace cuatro siglos plantaban sus hortalizas verduras. Y una vez fotografiamos todas las piedras posibles, volvimos a Encarnación. Por la tarde llovió con fuerza, lo que nos obligó a quedarnos en el hostal, y por la noche salimos a cenar. A la mañana siguiente cogimos otro bus con dirección a Ciudad del Este, la capital del contrabando.

Esta caótica ciudad es la segunda en importancia en el Paraguay. Un puente que se puede cruzar a pie la separa de Foz (Brasil), y durante el día se convierte en un hormiguero. El tráfico es denso y ruidoso, y los comerciantes ocupan las calles vendiendo todo tipo de baratijas y ofreciendo pendrives a discreción (hasta me intentaron vender un peine. ¡A mí!). En los edificios / centros comerciales están las tiendas que venden a buen precio productos electrónicos. En un mismo local se puede comprar un I-Pad, una pistola de paint-ball, un rizador de pelo y una televisión. Que sean productos originales o no ya es cuestión de suerte. Miles de brasileños y argentinos se acercan a Ciudad del Este para comprar electrodomésticos y ropa ya que los comerciantes apenas pagan impuestos, de ahí que los precios de todos los productos sean una ganga. A pesar de las suculentas ofertas sólo compramos unos auriculares de MP3 (Guillem) y volvimos a Brasil andando, donde teníamos el hostal. Nada más cruzar el puente de la Amistad se llega a Foz de Iguazú, donde se hospedan los turistas que se dirigen a las cataratas; pero de la visita que hicimos con el australiano de origen vietnamita Hai a esta maravilla de la naturaleza hablaré en el próximo post.

Lo mejor de Paraguay:

Es un país barato
Está bien comunicado y es muy económico viajar
Bonitos paisajes rurales
Ruinas jesuíticas
El Chaco (frontera con Bolivia)

Lo peor de Paraguay:

Asunción

Precios de Paraguay: (1€= 5.7000 PYG)

Una noche en una pensión de Asunción: 50.000 PYG
Cena en un buen restaurante de Asunción: 45.000 PYG
Bufé libre en un rodizio: 71.000 PYG
Una entrada de cine: 25.000 PYG
Bus urbano de Asunción: 2.500 PYG
Bus desde Asunción a Encarnación: 45.000 PYG
Una noche en Hostal Germano: 35.000 PYG
Bus desde Encarnación a Ciudad del Este: 45.000 PYG

2 comentarios:

Mama dijo...

Quina feinada!
Tres dies de colònies i un pont de quatre dies més i ...m'he trobat amb un munt de notícies teves per llegir.
Cada cop el viatge és més emocionant !!!
Què tal les catarates?
Sembla que aquesta zona és més autèntica, o no és així?
M'ha agradat molt el tema enllaços.
Bé, et deixo per anar a donar un cop d'ull al blog del ARA.Diu l'Arcadi que t'ha llegit allà.Ja et diré què tal.
Molts petonitus.T'estimo
Mama

Sílvia dijo...

Fa dies que no escric i ja en tenia ganes. Per quan una foto teva per saber com estàs?
Torneu a Brasil per anar a les catarates d'Iguazu, oi?
No t'he llegit al ARA. Veus com encara guanyaràs la primera pela? I tu em deies que hi havia molta gent que ho feia molt millor que tu!
Un petó ben fort.