21 noviembre 2011

Florianopolis, Santa Caterina (¿Europa?)

Subí a un lujoso autobús de la compañía Itaperimim un martes gris al mediodía en la ciudad más emblemática de Brasil, Rio de Janeiro, y bajé de él a la mañana siguiente en otra ciudad que aunque está dentro del país no parece en absoluto brasileña, Florianopolis. Floripa, como la llaman los locales, es la capital de uno de los estados más meridionales del país, Santa Caterina, y por ende de los más desarrollados. La mitad de esta ciudad está en la parte continental, y la otra mitad en una isla conectada por dos puentes. La isla de Santa Caterina tiene unos 50 kilómetros de largo por unos 18 de largo, y orográficamente se parece bastante a la isla de Lost (Perdidos). Hay montañas boscosas; lagunas; playas desiertas y gente con mucho dinero.

La primera noche me alojé en el youth hostel del centro y paseé por la apacible ciudad. Los parterres están cuidados; la gente hace cola ordenadamente; no hay papeles por el suelo, ni mendigos; tampoco hay contaminación acústica y parece que todos los ciudadanos lleguen sobradamente a final de mes. Es otra ciudad estilo El Show de Truman. Apenas hay variedad racial, y es que en el sur es donde más brasileños blancos hay de todo el país, descendientes de alemanes, holandeses, italianos y portugueses.

Después de desayunar en el mercado municipal tomé un autobús y me fui a pasear por algunas playas. La primera, la Mole, estaba plagada de jóvenes guaperas. Ellos, con los clásicos tatuajes tribales por toda la piel quemada y músculos de gimnasio. Ellas, también con un cáncer de piel avanzado, gafas grandes pero tangas minimalistas. Huí rápidamente de los chiringuitos donde abundaban estas Barbies y Kens y me dirigí hasta la siguiente playa, la de Galheta. Las pocas personas que me crucé eran todos chicos que iban cogidos de la mano. Aunque no había culos ni pechos que apreciar, me encantó pasear solo y tener como única tarea observar el mar, mucho más bravo, limpio y azul que el Mediterráneo.

Los dos siguientes días me alojé en casa de un extrovertido y viajado portugués que conocí en Couchsurfing. Tiago vive en una casa con siete portugueses más que están haciendo un especie de Erasmus en la universidad de Florianopolis. Me acogieron muy bien, y hasta me llevaron a una fiesta-barbacoa de unos amigos suyos. Con ellos pude comprobar que para los hispanohablantes es mucho más fácil de entender el portugués de Brasil que el de Portugal, y me tocó ruborizarme y disculparme varias veces por no haber pisado aún la tierra de Pessoa. Aproveché los días para visitar otras partes de la isla, básicamente playas solitarias. En Santa Caterina puedes ver, si tienes suerte, tortugas y ballenas. Yo, en cambio, sólo vi surfistas. Algo es algo.

Esta región, y en concreto la isla y la ciudad de Florianopolis, me pareció un buen lugar donde venir a descansar unos días con la pareja y familia o donde disfrutar de un retiro dorado. Es tranquila, segura, limpia y bonita; pero no es el Brasil que venía buscando y que sí encontré en el norte. Conocer un poco la parte sur del país me ha servido para confirmar lo que había leído y me habían dicho: Brasil no es un solo país, sino varios. Personalmente me quedo con su ecuador: donde hay samba y color; donde hay mestizaje y ruidos; donde hay movimiento y variedad. Y ese punto es Rio de Janeiro.


Lo mejor de Florianopolis:
Es una zona segura. No se sale con miedo a la calle
No hay desigualdades ni se ve miseria
Los paisajes son bonitos, y la calidad de vida muy alta
Sus kilómetros de playa, muchos de ellos vírgenes
Ideal para los amantes del surf
Bien conectada y con buenos transportes públicos

Lo peor de Florianopolis:
La poca variedad entre la población, tanto de raza como de clase social
No hay tanta vida por la calle, ni música ni vendedores ambulantes como en el Norte
Es una ciudad / zona cara
Clima más temperado que en el norte


Precios de Florianopolis (1€=2,4 Rs)
Un croissant: 2,5 Rs
Un zumo de naranja natural: 2 Rs
Una noche de hostal: 34 Rs
Un billete sencillo de autobús: 2,9 Rs
Una hora de internet: 4 Rs

6 comentarios:

Mama dijo...

Veig que encara prefereixes cultivar la ment i el tema "culs" no et treu la son!
Quines platges tant maques!
I tu, estàs moré?, moreno? o com es digui...
Disfruta, aviat ens veiem les cares, i no borroses com a l'skipe!
Petonàs

Daniel dijo...

Ni estic morè ni els culs em treuen la son ;)

Ens veiem en un parell de setmanes.

PEtons

Anónimo dijo...

carai! us trobareu!?? que guai, i quina enveja fer una escapadeta per allà ara!!! petons, família!

Gelines

Sílvia dijo...

Fa dies que no et llegia i no entrava cap cometari però veig que tu vas a la mateixa velocitat que jo. Setmana complicada i entretinguda amb l'Arnau malalt, la festa del cumple (Quina il·lusió sentir-te la veu!). Quines platges més maques, però t'hi banyes o només te les mires?
L'Andrea molt bé per Girona, sembla que l'ha encertat.
Cuida't. Que xalis molt! Petonets, abraçades i pipius.
Sílvia

Daniel Gutiérrez Abella dijo...

A les platges no m'hi he banyat gaire, la veritat. El mar té molta força i he fet més passejos estil Imserso.
Vaig parlar amb l'Andrea i ja em va comentar que estava molt bé. Crec que ja li heu vist prou el pèl! ;)
Petons

Mama dijo...

Petons Gelines!
Ja saps, tot és possible i necessito veure el nen i l'entorn que està vivint.
Ja explicaré jo també les meves aventures...