19 febrero 2008

Entre Ak-47 y Tomahawks

Hoy he tenido un día bélico. En el recinto ferial de Pragati Maidan, se clausuraba la feria de armamento DEFEXCO 2008, una muestra que ha contado con algunos expositores españoles (que si no recuerdo mal, se reducían a Indra y Navantia). Así que, he cogido un taxi y, cuál chico de los recados, me he acercado a ver de qué iba el tema. Al llegar, me ha resultado bastante difícil encontrar los stands que buscaba, porque el lugar es enorme, lleno de pabellones gigantes, y porque los 'maisanes' que trabajan allí no dominan el inglés.
Me he mezclado entre tanques, ametralladoras y helicópteros, y, finalmente, he encontrado el expositor de Indra. He llegado por los pelos, pues todo el mundo estaba recogiendo el material, pero aún he podido hacer una entrevista.
Al terminar, me he dirigido a Martin Lockheed, compañía que ha gozado de un espacio enorme y elegante. Allí, he entrevistado a Mr. Senke, un americano simpático y servicial.
Finalmente, me he paseado sin prisa por el recinto y he observado con detenimiento no sólo a varios grupos de militares indios con sus mejores galas que babeaban con las novedades armamentísticas, sino también a algunas familias con niños pequeños que se hacían fotos encima de misiles y minas antipersonas. Cuanto menos, curioso.
Al salir, he cogido un taxi. El chófer me ha puesto muy nervioso, ya que conducía con una mano mientras con la otra sostenía un cable de la radio y la sacaba por la ventana en busca de señal. Y es que, el partido de criquet que estaba jugando en ese momento la India contra Sri Lanka (país que está en guerra pero al que le sobra energías para competir en este deporte), era más importante que nuestra propia vida. Mi destino no ha sido la oficina, sino uno de los mejores hotes de la capital, el Taj Mahal. Allí he ido en busca de un par de grabadoras que han traído unos compañeros de Madrid que están de viaje por el país para hacer unos reportajes. En una habitación del sexto piso del lujoso hotel, he divisado por primera vez la ciudad. Ha sido todo un espectáculo ver en un mismo plano edificios altos, avenidas, campos de golf y parques rodeados de una neblina de contaminación. Aunque, en el fondo, era un paisaje hermoso.
Ya en Jor Bagh, he escrito la noticia, que finalmente se ha convertido en crónica, y después he llamado a Ruth. Habíamos quedado en ir al club de tenis a hacernos un masaje de aceite, bueno, mejor dicho, a que nos dieran uno de estos masajes tan sugerente, pero resulta que hoy, martes, cerraban. Así que, para no anular la cita (y sin ningún compromiso a la vista), me he acercado a su casa para cenar. Los embutidos ibéricos y el pan con tomate que hemos (he) degustado (engullido) me han sabido a gloria. Suerte que las próximas visitas me traerán mi ración de jabugo y chorizo.
Para los postres, nos hemos desplazado a un centro comercial que hay cerca de su casa, el Vasant Lok, y en un restaurante italiano hemos gozado con un coulant caliente acompañado de un helado de vainilla.
Con algún kilito de más (fui un iluso al pensar que me adelgazaría en este país), nos hemos ido a casa.
Y, como siempre, mientras escribo estas líneas a toda prisa, me están dando las tantas.

1 comentario:

Oscar V dijo...

gràcies sinceres viatjen des de la Verneda...
les teves paraules han resultat analgèsiques i, com sempre, sàvies...
una abraçada ben gran de l'oncle Quentin!